Karma y destino (parte 1)
¿Es posible cambiar el propio destino? ¿Cómo está vinculado el karma con el destino?
Hoy, en el atardecer de mi vida, he llegado a una conclusión. De vez en cuando reflexiono de forma muy crítica y sistemática sobre todo lo que ha ocurrido en mi vida. No descarto la voluntad personal, pero creo que el destino es más poderoso. El destino es el factor decisivo, más que la voluntad y el esfuerzo personales. Cuando siembran una semilla y la cuidan bien, ¿cuál es el factor decisivo en el éxito de su crecimiento: ¿la semilla, la tierra o los cuidados? Si dicen «mis cuidados», dénselos sin la semilla. El factor decisivo es el destino. La semilla es el almacén del destino. Cuando cuidan una semilla, poniéndola en el suelo adecuado y dándole el agua apropiada, eso se llama purushartha, esfuerzo personal. Pero el esfuerzo personal no producirá una coliflor. Sólo una semilla de coliflor producirá una coliflor.
Todo el mundo está atado por su destino, y esto se puede ver en todas partes. Yo soy diferente de cada uno de ustedes y ustedes son diferentes de todos los demás. Nadie es igual. Eso es el destino. El destino es prarabdha, karma que viene del pasado. Si tengo una semilla de coliflor en la palma de mi mano, no tengo que demostrar que esta semilla también existió en el pasado. Del mismo modo, la presencia misma del karma, y el hecho de que existamos, prueban que tenemos un pasado. Yo no soy el principio ni el final. Soy un eslabón en esta larga cadena de acontecimientos que se debe a la ley de causa y efecto. La ley de causa y efecto no tiene principio ni fin. El destino no está relacionado únicamente con el cuerpo o con la felicidad y la infelicidad. Todo en este universo tiene un destino en alguna parte, pero este concepto es muy difícil de explicar y de comprender.
Durante muchos años, cuando estudiaba Vedanta y Samkhya en los textos originales, me confundía. Pensaba en cuál debía ser el pasado de la materia y luego intentaba relacionarlo con el pensamiento científico. Durante años pensé en lo que eran la causa y el efecto y el destino, pero hoy puedo decirles con toda seguridad que el destino es el factor último en la vida del hombre, y cambiar el destino es difícil. Cambiar la calidad de su vida es fácil. Si asisten al satsang y realizan algunas prácticas de yoga, pueden cambiar la calidad de su vida, su habla, su pensamiento y su comportamiento. Pero no puede cambiar la calidad de su personalidad.
Cómo cambiar la personalidad ha sido un tema de discusión durante siglos. Yo puedo cambiarlos de una mala persona a una buena persona, pero hay una personalidad en cada uno que tiene su propia idiosincrasia, su propia ignorancia y oscuridad. Es esa jiva a la que ustedes llaman luz o vida. Pueden llamarla por cualquier nombre, pero hay algo distinto del cuerpo, distinto de la mente y de los sentidos. Hay algo distinto de lo que ustedes pueden ver, comprender y apreciar. Eso se llama jivatma. Es ese jivatma o alma individual la que abandona el cuerpo en el momento de la muerte. Está llena de deseos, aunque sea el alma de un sannyasin. Incluso Cristo tenía deseos; quería hacer feliz a todo el mundo. Yo tengo un deseo; quiero ayudar a todo el mundo. Hacer daño a alguien es un deseo y ayudar a alguien también es un deseo. El alma tiene deseos, pasiones, emociones, y la totalidad de esto se llama karma. La totalidad de lo que uno lleva de aquí se llama karma, y ese karma está en una forma muy microscópica.
Ahora bien, ¿cómo se puede gestionar ese karma, ese destino? Durante siglos se dijo en los Vedas, Upanishads y Puranas que el vairagya completo, o desapego, es lo único que puede cambiar el destino del hombre. Estos textos no decían tyaga, renuncia. Renunciar a la propia familia no es vairagya. La definición de vairagya se da muy claramente en los Yoga Sutras de Patanjali. El vairagya es fácil de entender. Cuando oiga hablar de él, será muy optimista, pero cuando intente practicarlo, dirá: «Dios mío, es más difícil de lo que pensaba». El sutra original es Drishtaanushravika vishayaavitrishnasya vasheekaara sanjna vairaagyam (1:15), que significa: «Cuando un individuo se libera de las ansias por los objetos sensoriales que ha experimentado, así como de aquellos de los que ha oído hablar, ese estado de conciencia es vairagya.»
¿Pueden olvidar por completo las experiencias sensoriales que han visto, oído o experimentado en el pasado? Ustedes han tenido muchas experiencias en el pasado de las que no es capaces de desconectarse. No existe un punto de corte. El hoy está conectado con el ayer. El presente está conectado con el pasado y el pasado con el futuro. Así que el pasado, el presente y el futuro se confunden. Deberían ser capaz de aislarlos, pero no los entienden de forma aislada. Sólo los comprenden vinculados entre sí. Raga o atracción es una actitud a través de la cual siempre son conscientes de la experiencia pasada. Muchos sannyasins siguen vinculados a su pasado, incluso después de sannyasa. No pueden existir en el presente. No pueden mirar hacia el futuro. Mantienen relaciones con su pasado, ya sean pensamientos, hábitos o familiares. Sin embargo, si existe un vairagya perfecto, el destino se puede borrar.
Tomado de los satsangs en Rikhia, 1994-1997
http://www.yogamag.net/archives/2000s/2006/0608/0608kad.html