Despejar el terreno
Los distintos sistemas de yoga proporcionaron técnicas para sensibilizar nuestra conciencia y sublimar las pasiones que nos impulsan, de modo que podamos comprender lo que nos influye desde los niveles burdos hasta los sutiles, y para que estos condicionamientos puedan reconocerse y desarraigarse. Si los jardineros quieren convertir un campo de maleza en un hermoso jardín de flores, primero deben limpiar y preparar el terreno para asegurarse de que ninguna maleza impida el crecimiento de las nuevas semillas. Del mismo modo, en el yoga, el terreno de nuestra cabeza y nuestro corazón debe limpiarse de arrogancia, avaricia, codicia, frustración, ira, depresión, ansiedad, miedo e inseguridad, antes de que pueda experimentarse una transformación de la conciencia. Intentar practicar la meditación con todos estos condicionamientos mentales es como arrojar semillas sobre un terreno sin preparar con la esperanza de que surjan. Primero hay que limpiar el terreno si quieres conectarte con tu espíritu, que es el objetivo último del yoga.
Por lo tanto, el yoga no comienza con la meditación. Primero debes limpiar el terreno, de lo contrario el yoga nunca florecerá en la vida. Limpia tu mente y tu corazón de agresividad, frustración, tensión, ansiedad, adversidad, inseguridad, fobia, odio, celos, competitividad y reacciones del ego; el yoga florecerá sólo cuando el terreno esté limpio. Las prácticas de yoga limpian la mente y el corazón de las asociaciones y apegos que obstruyen tanto el crecimiento de la conciencia como la liberación de la energía.
Despertar nuestra verdadera naturaleza es el objetivo del Samkhya y del yoga. El Samkhya proporciona la base teórica; el yoga proporciona las herramientas para disociar la mente de los sentidos externos, lo que nos abre los ojos internamente y aleja la conciencia de la búsqueda del placer, hacia la armonía interior, el equilibrio y el despertar.
Tomado del libro Samkhya Dharshan, de Swami Niranjan, Pag 88