Aprenda a relajarse
La causa fundamental de la tensión mental y física es un pensamiento erróneo en relación con otras personas y con nuestro entorno. Nuestra forma de pensar no está en armonía con nuestro entorno externo. Esto da lugar a conflictos de intereses con otras personas. Nuestro entorno interno no coincide con nuestro modelo de existencia. En otras palabras, vivimos del mismo modo que un pez fuera del agua, luchando continuamente contra nuestro entorno, en lugar de fundirnos y fluir con la vida.
Considere la vida como un rompecabezas. Si cada pieza del rompecabezas encaja y está en la posición correcta, entonces la imagen estará completa y en equilibrio. Pero si algunas piezas no encajan o si pertenecen a un rompecabezas diferente, entonces no habrá unidad. Lo mismo ocurre con las personas en el mundo: cuando hay conflicto con el entorno exterior, hay desarmonía. Por lo general, son pocos los cambios que un individuo puede hacer en su entorno externo, por lo que el cambio para lograr la armonía debe provenir del entorno interno, de la propia actitud ante la vida y los demás. Cuando uno coexiste pacíficamente con su entorno y deja de mantenerse distante, entonces se eliminará la tensión; uno empieza a relajarse.
Los factores que impiden que alguien se adapte a su entorno son el miedo y los seis amigos: kama, krodha, lobha, moha, mada y matsarya o sea el deseo, la ira, la codicia, el apego, la arrogancia y los celos. Estos se acumulan desde el nacimiento y provocan interacciones perturbadoras con los demás. Permanecen principalmente en las capas subconscientes de la mente, pero tienen una enorme influencia en nuestra vida diaria. He aquí un ejemplo sencillo. Quizá una persona tenga miedo a la oscuridad porque de pequeño, por accidente, se quedó solo en la oscuridad. El miedo resultante continúa en la edad adulta, de modo que ahora siempre le tiene miedo a la oscuridad. Cada vez que tiene que caminar en la oscuridad, se pone tenso y temeroso. Algunas otras personas tienen complejos de inferioridad, otras tienen miedo a las alturas, etc., todo ello debido a anteriores experiencias desagradables. Nuestra mente está llena de estos miedos y complejos, y ellos son las principales causas de la tensión en nuestras vidas.
Manifestaciones físicas de la tensión mental
Normalmente, los músculos del cuerpo reciben del cerebro una débil y permanente corriente de impulsos nerviosos. Esto se conoce como tono muscular y mantiene los músculos en una condición saludable y, si se requiere, preparados para la acción inmediata.
Toda perturbación psicofisiológica, toda emoción negativa y destructiva provoca un conflicto en el cerebro. Esto interfiere con el ritmo tónico normal de los músculos y los mantiene en un estado de tensión anormalmente alto. Esta sobreactivación de los músculos, sin la correspondiente actividad muscular, provoca un drenaje continuo de prana en el cuerpo. Es como dejar las luces del auto encendidas, al cabo de un tiempo agotan toda la energía de la batería. Si se apagan las luces cuando no se necesitan, se conserva la energía de la batería. Sucede lo mismo con los músculos; si se apaga la tensión en la vida, entonces se puede conservar el prana del cuerpo.
¿Por qué se produce este drenaje de prana a través de la contracción muscular? La razón es simple. Cuando se piensa algo, el cuerpo se prepara automáticamente para transferir el pensamiento a la acción. El cerebro y el cuerpo son dos partes de la misma unidad; no están separados.
Por ejemplo: después de un día duro y especialmente tenso en el trabajo, un hombre vuelve a casa enfadado y busca una forma de aliviar sus frustraciones. Como resultado, puede enfadarse con un perro sin motivo aparente, pero justo cuando empieza a caminar hacia el perro para darle una patada una orden interna de los centros cerebrales le advierte de que el perro lo va a morder. Esto provoca indecisión y los músculos permanecen en estado de tensión, listos para la acción. Este tipo de emoción, haya o no acción física, da lugar a la disipación y al despilfarro del prana. El resultado es la fatiga crónica.
Para muchas personas estas perturbaciones emocionales y sus correspondientes efectos físicos perjudiciales son una parte habitual de la vida. La gente siente continuamente ira, miedo, celos, etc., lo que la hace estar perpetuamente tensa de mente y cuerpo y, en última instancia, la conduce a la enfermedad física o mental, o ambas.
Ante determinadas respuestas emocionales las glándulas suprarrenales inyectan automáticamente adrenalina al torrente sanguíneo. Se trata de un mecanismo instintivo que prepara al organismo para alcanzar la máxima eficacia y preparación en caso de emergencia. La adrenalina provoca la contracción de los músculos, la constricción de los vasos sanguíneos, aumenta el ritmo cardíaco y respiratorio, acelera los procesos de pensamiento, etc.; todo lo necesario para resistir el peligro.
Como es de esperarse, su presencia continua en el torrente sanguíneo y conduce a una permanente tensión muscular general en el cuerpo y en la mente. Es imposible relajarse con la adrenalina entrando continuamente a la sangre. Este sistema de respuesta de la adrenalina es absolutamente necesario, pero sólo durante las emergencias. Por ejemplo, cuando un auto aparece repentina e inesperadamente en una esquina ciega por donde usted está caminando, es la adrenalina, que se libera casi instantáneamente en la sangre, la que hace que uno se asuste y salte a un lado de la carretera para evitar lesiones. Pero su uso solo está previsto para situaciones de emergencia. En el rápido mundo moderno de hoy se abusa de este sistema de respuesta de emergencia, ya que la mayoría de las personas ven cada situación de la vida como una crisis. Están continuamente tensos y en guardia. La adrenalina se bombea al torrente sanguíneo casi tan rápido como se produce. ¿Cómo podrían relajarse? Para hacerle frente al correspondiente alto nivel de funcionamiento del cuerpo, todo el sistema endocrino se ve obligado a funcionar a un alto nivel.
A medida que el cuerpo se debilita por la tensión, simultáneamente se vuelve menos capaz de enfrentar la aparición de una infección bacteriana. Cuando el cuerpo es fuerte y sano, tiene una muy poderosa fuerza autoterapéutica para resistir la enfermedad bacteriológica. Esta fuerza se debilita en un cuerpo que no esté sano o que esté cargado de tensión, por lo que se convierte en el objetivo de las infecciones bacterianas y de la aparición de enfermedades. El cuerpo es como cualquier otra máquina, aunque sea infinitamente más compleja. Si se le da un mal uso o se le hace funcionar de forma anormal, empieza a desarrollar fallas. Éstas se manifiestan en forma de artritis, problemas cardíacos, estreñimiento, diabetes, asma, etc. En la actualidad estas dolencias son tan frecuentes, que incluso los niños de pocos años empiezan a manifestar síntomas de enfermedad.
La eliminación de la mayoría de las dolencias, su prevención, una vida feliz y un vuelo hacia la conciencia superior es imposible a menos que podamos aprender a relajarnos completamente. Dirán que es más fácil decirlo que hacerlo. Pues bien, estar permanentemente relajado requiere tiempo y esfuerzo. La relajación permanente es un estado muy avanzado del yoga llamado sahaja samadhi, ecuanimidad espontánea y natural que implica automáticamente una conciencia superior. Pero la relajación sistemática durante unos minutos cuando uno se siente cansado se puede llevar a cabo fácilmente. La tranquilidad que se adquiere le proporcionará una nueva plataforma más relajada desde la que se puede continuar la vida diaria, aunque esta sensación de bienestar solo dure unas horas.
Publicado en Yoga & Kriya y en la revista Yoga de abril de 2021