Mensaje de Año Nuevo
Las sectas nunca podrán ser una cultura mundial. Es el yoga el que va a ser la cultura futura. Hemos cometido errores, y aún persistimos en cometerlos. El mundo nunca podrá salvarse a menos de que se imparta un proceso total de reorientación de cultura yóguica a cada hombre, mujer y niño. De lo contrario, nunca podremos cambiar el mundo, el país o la sociedad.
Para cambiar la sociedad, es necesario repensar y reestructurar todos los valores sociales, morales, espirituales e incluso políticos. La forma actual de pensar, comportarse y creer genera una total contradicción entre los ideales del hombre y la realidad. Por ello, el yoga se tiene que establecer en cada localidad como una parte importante de su cultura.
El yoga es una cultura internacional. Desde el Polo Norte hasta el Polo Sur, desde Japón hasta Beirut, encuentras a God en inglés, a Allah en árabe, a Bhagawan en sánscrito, a Karoul en tamil. Cada idioma tiene una representación diferente del Dios único. La única ciencia espiritual que es siempre una y la misma es el yoga.
En cada idioma, yoga es yoga y mantra es mantra. Del mismo modo, hay miles de términos en el yoga y en el tantra, como kundalini, chakras, nadis, prana, guru, Shakti, Shiva, para los que no hay otra traducción a ningún idioma. A partir de esto se entiende cuan internacional es la naturaleza, cuan universal es el carácter, cuan total es la influencia del yoga. Ya sea que se vayan a Inglaterra, América, España, Alemania, Francia o Rusia, se encontrarán con los mismos términos.
En la religión, usamos varios términos para significar la misma experiencia, unos dicen emancipación, otros autorrealización, nirvana o kaivalya. Esta es la diferencia en las religiones, pero la cultura yóguica se basa en un solo término y una sola presentación de ideas, símbolos y sistemas. Es por esto por lo que el yoga es una cultura universal. Representa los sentimientos y los ideales, no sólo de una nación, sino de todo el mundo.
8 de marzo de 1981, Bodas de Plata de Bhilai, India
http://www.yogamag.net/archives/2010s/2018/ajan18/nym18.html