Cómo desarrollar la virtud
Examina tu carácter. Elije algún defecto concreto en él. Descubre su opuesto. Digamos que sufres de irritabilidad. Lo opuesto a la irritabilidad es la paciencia. Intenta desarrollar esta virtud meditando en la virtud abstracta de la paciencia.
Regularmente, todas las mañanas, siéntate a las 4 de la mañana en padmasana o siddhasana en una habitación solitaria durante media hora y comienza a pensar en la paciencia, en su valor, en su práctica durante la provocación, tomando un punto un día, otro en otro día y pensando tan firmemente como puedas, recogiendo la mente cuando ésta divague.
Piensa en tí mismo como alguien perfectamente paciente, un modelo de paciencia y termina con un compromiso: «Esta paciencia que es mi verdadero yo, la sentiré y la mostraré a partir de hoy».
Durante unos días, probablemente, no habrá ningún cambio perceptible. Seguirás sintiendo y mostrando irritabilidad. Sigue practicando con constancia cada mañana. En algún momento, al decir una cosa irritable, vendrá a su mente, sin proponértelo, el pensamiento: «Debería haber sido paciente». Sigue con la práctica.
Pronto, el pensamiento de la paciencia surgirá junto con el impulso de la irritabilidad y la manifestación exterior se frenará. Sigue practicando. El impulso de irritabilidad se debilitará cada vez más hasta que descubras que éste ha desaparecido y que la paciencia se ha convertido en su actitud normal ante las molestias.
De este modo, podrás desarrollar diversas virtudes como la simpatía, la autocontención, la pureza, la humildad, la benevolencia, la nobleza y la generosidad.
Tomado de La mente – sus misterios y su control, de Swami Sivananda Saraswati
http://www.yogamag.net/archives/2010s/2016/1609/1609vir.html