En la filosofía tántrica, el mantra es una fuerza que se puede usar para despertar nuestra conciencia espiritual. La base del mantra es el sonido, que va de burdo a sutil. En todo el cosmos hay ondas de sonido lentas, medias y rápidas. Las ondas medias son perceptibles para nosotros, pero las ondas lentas y rápidas no lo son. Cuando se produce el sonido del mantra, tiene un rango medio de frecuencia que se conoce como sonido perceptible o burdo. Pero cuando el mantra se entona silenciosamente, tiene una frecuencia más rápida y se convierte en un sonido imperceptible o sutil.
Por lo tanto, un mantra funciona en el plano terrenal y también en los planos superiores. Cuando se produce un sonido y se acelera su frecuencia, este afecta el reino interno de la conciencia. Al igual que cuando recoges un guijarro y lo arrojas a un lago tranquilo y silencioso, el impacto crea ondas y las ondas forman círculos que se expanden más y más, en función de la fuerza y el peso del guijarro. Del mismo modo, cuando se repite un mantra, el sonido toca la homogeneidad de la conciencia y crea ondas que ayudan a expandir la mente.
La barrera.
La mente tiene dos rangos: individual y universal. De hecho, en todo el universo solo hay una mente, pero esta mente se individualiza de acuerdo con cada circuito separado. Por ejemplo, su mente y mi mente no son dos mentes; nuestras mentes son diferentes circuitos de una sola mente. Entonces, la verdad es que la mente individual es parte de la mente homogénea y universal. Por lo tanto, la mente individual siempre puede estar conectada con la mente universal si sabemos cómo hacerlo. Debemos recordar esto como una ley, porque es de suma importancia en la vida espiritual.
Cuando comenzamos a practicar el mantra, creamos vibraciones en la mente externa. A medida que la mente se calma, se calma y se concentra, estas vibraciones se transfieren al área universal de la mente. Entonces se rompe la barrera entre la mente individual y la mente universal. Debido a esta barrera, nuestras mentes están separadas unas de otras; no sabes lo que yo pienso y no sé lo que tu piensas. Pero cuando esta barrera se rompe, tu mente y la mía se convierten en una sola.
Conferencia dictada en el Seminario de Profesores de Yoga, Collbató, España, 1979.
Un sabio es feliz. Un yogui es feliz. La persona que ha controlado la mente es feliz. La felicidad viene de la paz mental y la paz mental proviene de un estado mental en el que no hay deseos, ni moha, infatuación, ni vishaya, placeres mundanos, ni pensamientos de objetos. Debes olvidar todas las ideas de placer antes de entrar en el dominio de la paz.
Cuando hay deseo en la mente, la mente está llena de rajas. Está en una condición agitada, inquieta y poco pacífica. Estará inquieta hasta que se alcance el objeto deseado. Cuando se obtiene y disfruta el objeto, cuando el deseo se satisface, la mente se mueve hacia el alma interior y cesa de funcionar, se llena de sattwa. Todos los pensamientos desaparecen por una fracción de segundo y la mente descansa en el alma interior. La dicha del alma se refleja en el intelecto. La persona ignorante piensa que está recibiendo la felicidad de los objetos. Lo mismo sucede cuando un perro que está mordiendo un hueso seco se imagina que está obteniendo el placer de la sangre que sale del hueso; en realidad, la sangre proviene de su propio paladar.
De las enseñanzas de Swami Sivananda Saraswati. Revista YOGA, febrero 2016
Lo que sea que hayan percibido, poco o mucho, lo que sea que hayan entendido, intenten aplicarlo en su vida. El objetivo principal de este ashram no es la práctica del yoga sino el estilo de vida yóguico.
Pero ¿qué es la práctica? ¿Qué practican las personas? De todo el sistema de yoga solo practicamos algunos asanas, algunos pranayamas, alguna relajación y posiblemente una práctica de meditación. Entonces, de miles de cosas, solo practicamos cuatro pequeñas cosas menores y lo llamamos yoga. En realidad, el propósito del yoga es doble: uno, es la expansión de la conciencia y el otro es la liberación de la energía. La gente piensa: «Ah, si medito se dará la expansión de la conciencia». Mantienen esta idea de expandir la conciencia simplemente observándose durante diez o quince minutos en una práctica meditativa. No piensan en expandir esa conciencia en las actividades normales diarias, de momento a momento, durante todo el día. En el estilo de vida, el enfoque es extender la conciencia a la rutina normal; desarrollarla a través de la práctica y extenderla a la vida diaria. En última instancia, uno tiene que integrar los principios del yoga y la conciencia a la vida, no solo en la meditación, los asanas y los pranayamas.
Por lo tanto, hagan lo que hagan, su enfoque debe ser incluir e incorporar de la mejor manera posible a su vida, las ideas del yoga, sus principios y prácticas y los yamas y niyamas del yoga.
Comiencen con el primer yama. ser feliz, la felicidad, manahprasad. Sentirse feliz y extender el momento de felicidad de una sonrisa de cinco segundos, a una sonrisa de seis segundos mañana, a una de siete segundos al día siguiente, hasta que tengan una sonrisa permanente en su rostro. De esta manera extenderán los momentos de felicidad. Aún este primer yama es un gran logro. ¿Que van a lograr? Mejorarán su vida, mejorarán su mente, mejorarán su energía, su resistencia y su estado de ánimo. Habrá un cambio general. Lo mismo se aplica a las demás prácticas que hacen, los asanas, los pranayamas. Si las hacen en el momento correcto, de la manera correcta, se obtendrán los sus beneficios.
Por lo tanto, el enfoque debe ser el «estilo de vida» y si pueden llevarse este aprendizaje de su estadía de cuatro meses en Ganga Darshan, se convertirán en yoguis.
Swami Niranjanananda Saraswati
—27 January 2017, satsang to four-month Yogic Studies students
¿Se contamina nuestra vida espiritual al involucrarnos activamente en el mundo?
Swami Satyananda: muchas personas ven la vida espiritual, incluyendo el yoga, como algo separado de las actividades diarias y de la vida en general, pero esto es completamente equivocado. En el Yoga Vashista se narra la historia de un rey que estaba completamente abrumado por vairagya, el sentimiento de desapego. Había renunciado a su reino y se había ido a practicar meditación y penitencia en los bosques, muy lejos de su reino. Había abandonado a su mujer, la reina Chudala para que, en su ausencia, gobernara el reino. El rey no sabía que Chudala era una yoguini iluminada. Un día, ella se dio cuenta de que su esposo estaba desperdiciando el tiempo y decidió guiarlo. Se transportó psíquicamente a donde su esposo estaba sentado en meditación. La reina levitó frente a él y el rey abrió sus ojos y le preguntó: “¿Qué haces aquí?”. Ella respondió: “He venido a decirte que mientras estaba gobernando tu reino obtuve siddhis y que tú, mientras haces sadhana y meditación en el bosque, estás durmiendo”. Aterrado, el rey se dio cuenta de que su esposa decía la verdad. Le pidió que lo instruyera en la vida espiritual. Ella le dijo: “La vida material nunca puede contaminar la vida espiritual. El dinero y los deseos no pueden tocar el espíritu, puesto que son entidades eternamente diferentes”. Cuando se juntan el agua y el aceite, siempre permanecerán separados. De la misma manera, la vida material y la vida espiritual son totalmente diferentes. Una persona que piensa que la vida material puede contaminar la vida espiritual, va por mal camino. No es necesario que un aspirante evolucione solamente a través de la meditación. Una persona puede corregir, formular y efectuar la reorientación de su personalidad interna mientras trabaja en el mundo. Por lo tanto, no hay que renunciar al mundo sino utilizarlo para eliminar las propias fallas e imperfecciones.
Tomado del libro “Conversations on the Science of Yoga – Karma Yoga”, Volumen 4, Action with a Purpose. Transcrito en la Revista YOGA, febrero 2018
No hay peligro en practicar pranayama y asanas si son cuidadosos y si usan el sentido común. Las personas se preocupan innecesariamente. Hay peligro en todas las cosas si las personas son descuidadas. Si bajan descuidadamente una escalera, se caerán y se romperán los huesos.
No existe acción más purificadora que el pranayama. De la misma manera que un orfebre elimina las impurezas del oro calentándolo en un horno y soplando un tubo, así el alumno del yoga elimina las impurezas del cuerpo, los sentidos y la mente, soplando los pulmones a través de las prácticas de pranayama.
Si queremos vivir un buen momento hoy, tenemos que olvidar los malos momentos de ayer. La pregunta es, ¿podemos aplicar completamente este principio en nuestras vidas? La memoria ha sido definida como un vritti, un patrón de la mente. Nuestras interacciones se basan en recuerdos de lo que sucedió ayer, hace una semana, un mes o un año atrás y muchas veces de lo que sucedió hace una vida. La memoria es lo más difícil de erradicar para experimentar la libertad. En definitiva, la memoria es una carga que nos ata a una forma particular de pensar y comportarnos, a nuestra naturaleza y personalidad. Todas nuestras acciones están relacionadas con recuerdos personales. La memoria es la más elevada forma de karma.
El manejo de la memoria El yoga sostiene que incluso la memoria, smriti, se debe entender y manejar desde la perspectiva correcta, no solo como impresiones dentro de la mente, como imágenes, o como mera comprensión del pasado, sino como un camino hacia la sabiduría. De cada experiencia debemos extraer sabiduría, aplicarla y dejar atrás el recuerdo. Esto se le llama limpieza de la memoria.
El manejo de la memoria es un paso importante en el manejo de nuestra naturaleza, personalidad e identidad del ego. Somos lo que somos hoy, deseamos lo que deseamos hoy, de acuerdo con los recuerdos que nos han dado algo de felicidad y alegría. Lo que no queremos hoy concuerda con los recuerdos que no nos han dado felicidad, alegría, comodidad, seguridad y apoyo. Hay que reconocer las áreas que nos han impedido crecer en el pasado, y enfrentar estos recuerdos. Me gusta o me disgusta una persona porque tengo buenos o malos recuerdos asociados con ella. Me gusta o me disgusta un lugar porque tengo buenos o malos recuerdos asociados con él. ¿Podemos abandonar nuestros recuerdos? ¿Podemos derivar sabiduría de los recuerdos y abandonar el contenido negativo? Si por ejemplo tienen una caída, deberían hacer conciencia de que no se deben caer una próxima vez. Esto es sabiduría. Si se caen y deciden: «Nunca volveré a ir allí porque siempre me caigo», esto no es sabiduría. Este vritti, esta modificación de la mente es la más difícil de manejar porque nos aferramos a nuestro pasado en lugar de liberarlo y experimentar hoy libertad. Experimentar esta libertad es exactamente lo que nos permite hacer el yoga.
La regla simple es que, si quieren disfrutar el presente, deben olvidarse del pasado. Si quieren disfrutar de una mente libre hoy, olviden las dificultades que enfrentaron ayer. Aplicar este principio en la vida es el objetivo y karma de los yoguis. Con solo hacer esto podrán comprender el alcance del yoga. Esto transforma la mente y la naturaleza, y los lleva de un estado de existencia egocéntrico a uno altruista.
La diferencia entre ser egocéntrico y altruista es que en el primero ustedes son el centro de la existencia y en el segundo, otras personas se convierten en el centro de su atención. En el primero, soy yo, lo mío, la identidad del ego, la identidad individual. En el otro, el centro de atención es la otra persona. Esto no sucede de inmediato, toma tiempo, pero pueden esforzarse para lograrlo. Ustedes se convierten en el centro de su atención cuando tienen la necesidad de tomar conciencia de sus exigencias y deseos personales, pero esta conciencia se debe basar en la acción, el pensamiento y la comprensión correctos. Estos son los principios del dharma humano.