Para una firme actitud espiritual
Un niño tiene una naturaleza inquisitiva. El conocimiento se adquiere sólo a través de esa naturaleza inquisitiva. La picardía es también una manifestación de esta naturaleza. Un niño quiere averiguar, quiere saber. Cuando el niño está despierto por la noche, no para de hacer preguntas. ¡Usted se molesta! No, debe deleitarse inmensamente respondiendo a las preguntas con inteligencia para que el niño satisfaga su curiosidad.
Puede que un bebé no entienda la nobleza de sus palabras, pero siempre debe cantarle las canciones de cuna más sublimes, entretenerlo con historias inspiradoras y evitar todos los pensamientos, palabras y acciones negativas en su presencia. Debe ser siempre positivo y espiritual en su acercamiento al bebé.
Los padres nunca deben reñir ni hablar mal de nadie ante el niño. Deben mantener al niño alejado de modales vulgares o expresiones indecentes. Usted debe ser todo estímulo, amor y amabilidad. Nunca debe mostrar una cara irónica, ni enfadarse o disgustarse. Esto no significa que deba adular al niño.
Cuando el bebé crezca y se convierta en un niño o una niña, cuando haya aprendido a andar, a hablar y a jugar, no debe mezclar la disciplina con ningún tipo de emoción negativa. Con amor e inteligencia, debe intentar mantener la disciplina, y debe hacer que el niño comprenda la gloria de una vida disciplinada. Si su formación anterior ha sido buena, descubrirá que sus hijos no necesitarán ser castigados. Le obedecerán de buena gana. Y, si se preocupa por que elijan el tipo adecuado de compañeros, no tendrá ningún problema.
Incluso un niño problemático puede moldearse adecuadamente si su enfoque es el correcto. El niño problemático es esencialmente una creación de los padres. La obstinación debe enfrentarse con firmeza sazonada con amor; la ignorancia debe enfrentarse con conocimiento revestido de compasión; la idiotez debe contrarrestarse con inteligencia unida a la amabilidad. Haga saber al corazón del niño que usted es sincero, entusiasta y serio en su intento de moldearlo para que se convierta en un ciudadano ideal, un adulto glorioso dedicado al bien del mundo. Tendrá éxito.
La juventud, el periodo más influenciable, ofrece las mejores oportunidades para la cultura yóguica. La educación interior, el entrenamiento en la formación del carácter y en la práctica del yoga tienen el mejor efecto en una persona mientras aún es joven. Cuando los niños aprenden y practican yoga desde una edad temprana, tendrán una firme perspectiva espiritual de la vida, que nadie podrá romper o destrozar más adelante.
Publicado en YOGA, febrero 2024