Conciencia del estrés
Los distintos niveles de percepción y consciencia mental se han clasificado como las dimensiones consciente, subconsciente, inconsciente y supraconsciente de la mente. No existe división ni partición entre los niveles. La única manera de reconocer la diferencia entre lo consciente, lo subconsciente y lo inconsciente es conociendo el alcance de la consciencia en cada dimensión. En el inconsciente no hay amplitud de conciencia. La facultad consciente no existe allí. Aunque estés vivo y exista la mente, hay una ausencia total de asmita, “identidad de yo». No hay conciencia de nada de lo que el cuerpo está experimentando, lo que significa que la facultad consciente está ausente, incluso mientras la mente está activa. Cuando estás dormido, no sientes tu cuerpo. No sientes que te pica un mosquito ni que se cae la sábana. Ése es el nivel inconsciente de la mente.
El subconsciente representa una presencia básica de la consciencia en estado de latencia. Por ejemplo, enciendes la luz de una habitación, cierras las puertas y las ventanas. Luego, sales fuera y notas la luz que se cuela por las rendijas de las puertas y ventanas. Te guías y te orientas utilizando esa fina franja de luz. Eso es como el subconsciente, donde sólo hay un poco de conciencia. Te das cuenta de que había algo en el fondo de tu mente de lo que no eras consciente. Ese algo que surgió del fondo de tu mente es la luz del subconsciente.
Las aflicciones causadas por la maya de avidya, asmita, raga, dwesha y abhinivesha germinan en la mente subconsciente. Es el depósito de todas las tensiones y luchas. Si la mente consciente se diera cuenta del sufrimiento real, kleshas, que padece el subconsciente debido a avidya, asmita, raga, dwesha y abhinivesha, la mayoría de la gente no podría sobrevivir. Por tanto, la facultad consciente es tal, que sólo te hace ser consciente de aquellas cosas, situaciones o ámbitos que te conectan con el tiempo presente. Tienes que traer voluntariamente los recuerdos del pasado al presente que no te están fácilmente disponibles; tienes que sacarlos a la luz. La conciencia consciente tiene bloqueado el flujo de las impresiones del subconsciente para permitir la supervivencia y la interacción en el mundo de los objetos sensoriales.
Los kleshas de la mente subconsciente se consideran sufrimientos; sin embargo, debido a que la mente consciente se apega a los objetos sensoriales, los kleshas tienden a adoptar la forma de sufrimiento externo, e intentas descubrir las causas del sufrimiento fuera de ti. Dices: «Ese hombre no fue amable conmigo». Tu reacción no se debe a la otra persona. Tu reacción está causada por tu ego, que está dentro de ti, y sin embargo estás culpando a la persona de fuera. Siempre que culpes a alguien, debes saber que te estás culpando a ti mismo y que estás reaccionando a una emoción creada en tu interior. En ese momento te odias a ti mismo. En lugar de reconocer que te desagradas a ti mismo, proyectas tu odio o desagrado en la persona que tienes delante. Esto es lo que se encuentra en el estudio de la psicología.
Las tensiones alteran el estado sereno de la mente y le dan un color diferente. En los textos antiguos, la envidia y la ira se identifican como enfermedades mentales. Al igual que la psicología moderna ha identificado la depresión, la neurosis y la psicosis como enfermedades mentales, la antigua psicología del yoga ha identificado no sólo éstas, sino también la envidia, la codicia, los celos, el odio y la ira. Se han colocado en la misma categoría de enfermedad, pues son expresiones negativas de la mente. Si el cuerpo reacciona de forma negativa, se trata de una enfermedad física. Si la mente reacciona de forma negativa, eso es una enfermedad mental. Estas aflicciones que permanecen latentes en la mente subconsciente siguen imponiendo y reforzando la asmita, y se convierten en la causa del sufrimiento.
De la filosofía a la realización (Serie Yogadrishti, 2013)
Publicado en Yoga: http://www.yogamag.net/archives/2020s/2021/2102/2102awar.html