Diálogo con Swami Niranjanananda
¿Por qué las personas de más de 60 años siguen experimentando estrés y tensión, aunque se hayan retirado de la sociedad competitiva?
A esa edad no participan activamente en la formación de la sociedad y eso se convierte en una fuente de estrés. Después de la jubilación ya nadie les da ningún reconocimiento o importancia. Esa forma de estrés es más devastadora que el habitual estrés laboral o familiar, porque daña la imagen de sí mismo, y la pérdida de una imagen positiva de sí mismo destruye las personalidades.
Incluso a esa edad están buscando a tientas una dirección, entonces ¿qué ideales deberían perseguir?
La respuesta se da en el sistema de la antigua tradición india. Después de la jubilación se supone que debes tomar un papel pasivo en la sociedad. Hasta la jubilación tienes un papel dinámico en la sociedad: trabajas y ganas, eres miembro de este club o sociedad, participas en esta actividad caritativa y haces muchas otras cosas. Después de la jubilación sólo tienes que concentrarte en tu desarrollo espiritual y mental a través de la contemplación, la reflexión, la meditación. Se supone que debes adoptar el papel de pensador para que la sabiduría que has ganado en la vida a través de la experiencia se convierta en la fuente de inspiración de las personas que no han tenido esa experiencia. Tienes que ser un guía y un pensador. Debe haber una transición natural de trabajador a pensador.
Esto parece estar un poco divorciado de la receta occidental para personas mayores de 60 años, que es ser lo más activo posible.
Estoy de acuerdo con eso. Nuestro sistema no es ajeno o diferente a esta forma de pensar. Hay muchas maneras de mantenerse ocupado. Puedes participar en alguna actividad filantrópica. Si tienes una granja puedes hacer el trabajo en lugar de depender de los sirvientes. Puedes seguir siendo parte de la sociedad, pero como un jugador pasivo. Así que hay una aceptación de esta idea en la tradición india. No es sólo un estilo de vida meditativo en el que te sientas cada día y piensas en Dios, haces tu pooja y lees los textos. Al mismo tiempo, durante el día se te anima a desempeñar el papel de maestro, agricultor o lo que sea, para que puedas impartir tu conocimiento y experiencia a los demás.