Disciplina espiritual
En la vida espiritual es necesario saber exactamente lo que se intenta alcanzar. Ya sea en el tantra o en el yoga, solo hay una cosa a la que el ser humano intenta llegar, y es el despertar de sus fuerzas latentes. Estas fuerzas forman parte de su existencia. Son tan importantes para su evolución que, despertándolas, el hombre puede convertirse en superhombre.
De las diez partes del cerebro solo tenemos una funcionando. Nuestra percepción, cognición, etc. son el resultado de esta única parte. Las otras nueve partes están inactivas y no desempeñan ningún papel, ninguna función en nuestra vida. Los seres humanos viven y mueren sin despertar estas áreas del cerebro. Es cierto que el proceso natural de la evolución se está llevando a cabo, pero va a tardar millones de años y para entonces, quizás la tierra ya no exista. Valdría la pena hacer un experimento para despertar la totalidad de la conciencia humana en esta misma vida. En mi opinión, éste es el propósito ulterior de la vida espiritual.
Estas nueve zonas del cerebro contienen energía potencial, no solo conciencia psíquica sino conocimiento total y shakti. El cerebro es como una gran ciudad con hermosas carreteras, casas y luminarias. Dentro de las casas hay televisores, radios e instalaciones eléctricas. Ahora esta ciudad está desolada y deshabitada porque no hay electricidad. Solo hay que conectarla con una central eléctrica y se convertirá en una ciudad de luz y vida.
Esta ciudad está aquí en el cerebro. Iluminar la ciudad es el proceso para el que toda la vida se debe configurar adecuadamente. Este objetivo debe estar muy claro y preciso en su mente. Ahora, ¿cómo va a despertar o a realizar esa ciudad divina? ¿Dónde está la estación generadora y el cable de conexión?
El tantra y el kundalini yoga han dejado muy claro que mooladhara chakra es la estación generadora, sushumna es la estación de conexión y ajna chakra la subestación local. La cantidad de prana y el estado mental actuales no logran despertar esta zona silenciosa. Para alimentar esa ciudad silenciosa necesitamos una enorme cantidad de energía. Con la ayuda del prana, la mente, el intelecto y los diferentes sistemas del cuerpo puede funcionar, pero no lo pueden hacer las zonas silenciosas del cerebro. Para tener el quantum de energía necesario, hay que despertar el mooladhara chakra. Luego la energía se tiene que conducir a ajna chakra a través de sushumna.
Si el despertar de la totalidad de la energía y la conciencia es el objetivo y el destino último del ser humano, ¿cuáles son los elementos y comportamientos que activan y que suprimen este despertar? No hablo en términos de buenos o malos. Para mí, no hay ni pecadores ni puritanos. Tenemos que definir claramente lo que es favorable a la evolución y lo que es favorable al despertar. Si un determinado tipo de vida es capaz de crear el despertar, entonces esa es la forma en la que debemos vivir.
Transformación o autocastigo
Antes de que se pueda producir un despertar, se tienen que producir muchos cambios, no solo en el plano intelectual sino en la estructura básica de la conciencia. Hay que cambiar toda la estructura. El propósito mismo del yoga y de la vida espiritual es provocar ese estado de transformación en la estructura de la personalidad. Cuando ustedes aceptan el proceso de transformación como una hipótesis primaria, entonces también deben estar preparados para experimentar todo lo que sigue a la transformación.
La transformación es un proceso muy claro, y constituye la base de la relación entre el gurú y el discípulo. El mismo proceso se aplica tanto si la relación es externa, en cuyo caso yo soy el gurú y ustedes son los discípulos, como si es interna, cuando una parte de mí es elgurú y otra parte de mí es el discípulo. Para aclarar esto, tomemos el ejemplo de un carpintero.
Un carpintero toma un trozo de madera, lo corta en diferentes tamaños y luego le pone clavos en varios lugares. Si ese trozo de madera pudiera hablar durante esta prueba, haría una horrible acusación: «Mira aquí, estoy siendo maltratado y abusado por este desagradable carpintero». Pero al final la madera se transforma en un hermoso mueble como resultado de la crueldad del carpintero.
Tomemos otro ejemplo, el de un sastre. Un trozo de tela que está en una tienda se lleva a un sastre para que lo convierta en una camisa. Primero hay que cortar la tela a la medida. Así que el sastre la corta con unas tijeras afiladas, luego la cose con una aguja afilada hasta que finalmente perfora todas y cada una de las partes de la tela. Imagínense que ustedes fueran ese trozo de tela y yo fuera el sastre. Con cada pinchazo, ustedes dirían: «Este sastre es muy malvado».
Sin embargo, en última instancia, lo importante no es el proceso de corte y costura, sino el producto final. El sastre o el carpintero deben tener una visión muy clara de esto en su mente antes de emprender el trabajo. De lo contrario, se desperdiciará tanto tiempo como material. Por ejemplo, si se le da una sierra y algo de madera a una persona que no es carpintero, que no tiene visión, cortará la madera en muchos trozos. Finalmente, no sabrá qué hacer con ellos, así que se quedarán ahí, como pobres trocitos.
Esto es lo que ocurre a menudo en la vida del yoga, bien se trate de discípulos o de uno mismo. Por lo tanto, cuando se practica el yoga y la vida espiritual, es necesario comprender que el propósito es la transformación y el despertar; no es autocastigo. No hay algo hostil dentro de ustedes que se deba eliminar. Durante el proceso de transformación hay cosas que se dejan atrás y al mismo tiempo, hay elementos que surgen espontáneamente. El ser humano se desprende de las escamas como una serpiente. Por lo tanto, es muy importante saber exactamente en qué se están convirtiendo. Si su visión no es clara, entonces cualquier proceso al que se sometan será de autocastigo más que de transformación.
Nueva dimensión de la disciplina
Muchas personas se someten a una estricta disciplina en la vida. Ayunan y meditan, guardan silencio y practican el celibato. Pero a menos que se comprenda el verdadero propósito de estas restricciones, ellas se convierten en un tipo de castigo que ustedes se infligen a sí mismos. A veces estarán enfadados consigo mismo, así que se someterán a una vida de austeridad para castigarse. Esta austeridad innecesaria crea una gran escisión en su personalidad. Una parte de ustedes se convierte en un puritano y otra en un pecador. El pecador quiere seguir siendo pecador, mientras que el puritano siempre está tratando de castigar y ejecutar al pecador. Esta división de la personalidad se debe eliminar. Ni el puritanismo ni el libertinaje ayudan en la vida espiritual.
Hay momentos en la vida en los que hay que entregarse a la realización de los placeres sensoriales para trabajar el karma. A este respecto, deben aceptar algo sin duda alguna. La vida de los sentidos y de la mente no es antievolucionista, es proevolucionista. El cumplimiento de los deseos en la vida es una parte de la iluminación espiritual. Pero, al mismo tiempo, tienen que recordar su propósito. No es para el desempeño de la vida sensual, sino para el cumplimiento de su visión espiritual que ustedes siguen este patrón de vida.
Todas las prácticas espirituales los llevan, en última instancia, al punto del despertar. La vida que elijan, la religión que profesen, todo el alimento que se haya preparado para ustedes, todo debe estar de acuerdo con el cumplimiento de este propósito. Ahora que el objetivo está claro en su mente, tienen que diseñar todos y cada uno de los elementos de su vida. La austeridad, el control y la restricción que practiquen, debe tener un propósito. Solo así podrán asegurarse de que su vida no se convierta en un ritual religioso.
Ahora démosle una nueva dimensión a la palabra disciplina. El propósito de la disciplina debe ser el cumplimiento del objetivo. La disciplina por el bien de la disciplina es solo un comportamiento anormal. Pero cuando se sigue un determinado sistema de vida que tiene un objetivo y un propósito, entonces la disciplina tiene algún significado. La disciplina es diferente de un individuo a otro y de una sociedad a otra. Lo que es disciplina para uno puede ser un castigo para otro, dependiendo del nivel de comprensión y del propósito.
Por lo tanto, el aspirante al yoga debe formular el patrón de su vida de acuerdo con este triple propósito: (i) el despertar de la kundalini, (ii) el despertar de sushumna, y (iii) el despertar de las áreas silenciosas del cerebro. Teniendo en cuenta estos tres objetivos, hay que fijar sus prácticas de yoga y formular el código moral. Todo lo que hagan con este triple propósito se debe definir como disciplina espiritual.
Disciplina yóguica
Para el despertar de la kundalini, es importante que se purifique sushumna nadi. Para purificar sushumna, se debe practicar mucho pranayama. Cuando se practica solo un poco de pranayama, no hay que preocuparse, pero cuando se practica mucho, hay que ocuparse de muchas cosas. Hay que conocer las reglas y normas que controlan las prácticas del prana en relación con la comida y la vida. Esta es una forma de disciplina espiritual, y la persona que la siga nunca sentirá ninguna dificultad, sensación de castigo o restricción, porque la práctica del pranayama es muy necesaria para despertar sushumna.
Cuando se practica el pranayama hay que practicar también el kumbhaka. De hecho, kumbhaka, que significa «retención de la respiración», es la definición última del pranayama. Junto con el pranayama, también hay que practicar los bandhas. Cuando se practica moola bandha y otros bandhas, naturalmente verán afectado el sistema mental y psíquico. Si su estómago, su mente o sus emociones están estreñidos, si su vida familiar o social son demasiado complicadas y si su personalidad mental vive como un perro vagabundo, pueden imaginarse lo que va a producir la práctica del pranayama con los bandhas.
Un kumbhaka intenso con jalandhara, uddiyana y moola bandha, crea calor en el cuerpo. Este calor se conoce como el «fuego del yoga». No es solo de naturaleza espiritual o psíquica, también es física y afecta al metabolismo, así como al sistema psico-espiritual. Cuando se crea suficiente calor, se produce una poderosa explosión y tiene lugar un despertar. ¿Cómo se va a mantener el equilibrio en el calor que se ha creado por el despertar? Para ello, existen reglas y normas especiales dadas en los textos yóguicos: «Ni demasiado comer, ni demasiado ayunar; ni demasiado dormir, ni demasiada vigilia; ni demasiado hablar, ni demasiado silencio». Los extremos no son para nada útiles en el camino del despertar. El practicante tiene que comprender las cosas importantes: una alimentación adecuada, un sueño apropiado y el tipo correcto de interacción social. Todas estas cosas crean un equilibrio, y también equilibran las dificultades que puedan surgir debido al despertar.
Piensen en ustedes mismos como un carpintero. El cuerpo, la mente, lo psíquico y lo espiritual son sus materiales. Con estos cuatro materiales están creando un ser totalmente evolucionado. Con las tijeras de la disciplina espiritual, tienen que cortar todo a la medida. Esto significa que tienen que entrenar los sistemas físico y mental. Más tarde tienen que entrenar el sistema psíquico, y finalmente tendrán que entrenar el sistema espiritual.
Para entrenar el sistema físico están las prácticas de hatha yoga. Cuando se practica el hatha yoga, se sabe exactamente cuáles son las reglas y las normas. Estas son las disciplinas para el hatha yogui porque a través de ellas es capaz de cumplir su propósito. Para entrenar la mente, tiene que practicar el raja yoga y, para canalizar sus emociones, tendrá que practicar el bhakti yoga.
La canalización de la emoción sobrante o rebelde es de suma importancia, de lo contrario tendrá problemas en el cuerpo psíquico. Para entrenar el cuerpo psíquico, tendrá que pasar por muchas dificultades. El cuerpo psíquico es un elefante salvaje, o un tigre indomable. Siendo muy poderoso, se niega a ser domado. Es la casa de todos los sueños y experiencias psíquicas. Para domar este cuerpo psíquico, el aspirante tiene que someterse a un tipo de vida especial. Muy pocas personas que llevan un tipo de vida normal han podido obtener este poder psíquico. Al igual que se doman las emociones mediante el bhakti yoga, la mente mediante el raja yoga y el cuerpo mediante el hatha yoga, con el ashram yoga se entrena el cuerpo psíquico.
La misión del hombre
Para evolucionar rápidamente, debemos estar preparados para aceptar cualquier tipo de disciplina, desde la física hasta la psíquica, y no debemos tacharla de «religiosa» o «buena para los swamis pero no para mí». Si quieren cumplir su destino, deben estar preparados para aceptar cualquier disciplina. Para otros, esto podrá parecer un castigo, pero, de hecho, no lo es.
Ustedes están dispuestos a sufrir privaciones por lo que quieren lograr en la vida material, no necesariamente para obtener el despertar de la kundalini o de los poderes espirituales. Muchas veces, cuando se trabaja en un proyecto en la vida, se sigue un camino de aventura. Cuando uno se sumerge en esta aventura para la realización de algún proyecto material, su vida normal sufre un cambio total en su programación. Ya no les importa su familia, la comida que ingieren, dónde o cómo duermen. Lo más importante es la realización del proyecto. Para cumplir ese propósito, ya sea la consecución de un imperio, el establecimiento de una industria o el descubrimiento de unas plantas medicinales, la gente a lo largo de los tiempos ha hecho todo tipo de sacrificios. Han prescindido de las necesidades de la vida ordinaria. Han saltado por encima de sus emociones, pasiones y ambiciones personales. Para un espectador, esto parece horrible: «¿Qué clase de hombre es éste? No come, no duerme, no se viste como un caballero. No tiene esposa ni hijos. Mira qué sucio está, su ropa huele mal’.
Un hombre con una misión no se preocupa por el dolor ni por el placer. Todo hombre tiene que vivir con una misión, y la misión del hombre, el destino del hombre es despertar la ciudad silenciosa. Así que la definición de disciplina a la luz de la vida espiritual es aquello que hacemos para el cumplimiento de esta misión.
Conferencia dictada en Zinal, Suiza, septiembre de 1980
http://www.yogamag.net/archives/1980s/1980/8007/8007sd.html