La conciencia en la vida cotidiana
No basta con desarrollar la conciencia interior a través de la meditación. Es necesario aplicarla en la vida cotidiana, de lo contrario es como fabricar una bomba y guardarla en su habitación sin hacer uso de ella. Con la meditación, usted eleva y purifica su conciencia, pero cuando se trata de aplicarla en la vida cotidiana, no lo hace. Por lo tanto, la vida cotidiana y la vida espiritual se convierten en dos realidades diferentes y contradictorias. Si quiere que la conciencia que ha desarrollado le ayude tanto en su vida espiritual como en su vida material, debe aprender el método para tomar un poco de energía de esa fuente fundamental de conciencia y ponerla en contacto con sus actividades diarias, o nunca realizará todo su potencial. En el yoga, y en otras ciencias relacionadas con el yoga, hay métodos a través de los cuales la conciencia suprema se puede aplicar a la vida diaria.
Las visiones, las experiencias psíquicas que se ven durante la meditación no lo son todo. Son solo indicios de una creciente concentración. Demuestran que su conciencia está trascendiendo diferentes dimensiones y diferentes niveles de su ser.
Muchos aspirantes espirituales, renunciantes o personas de hogar se interiorizan durante la meditación y algunos de ellos pierden la conciencia total del cuerpo exterior. Sin embargo, no han sido capaces de lograr nada. No han sido capaces de comprender nada en la vida. Si se les dice algo, lo olvidan. Carecen del poder de la memoria y de la facultad de comprensión. Han reducido por completo el poder de una conciencia ininterrumpida.
Esto sucede porque su vida cotidiana, la vida de los sentidos y del mundo, y su vida espiritual, se convierten en dos vidas diferentes. Al mismo tiempo que las prácticas de meditación, deben existir las prácticas de hatha yoga, bhakti yoga, jñana yoga y especialmente karma yoga. Es erróneo decir que uno tiene que practicar primero el karma yoga y cuando se vuelve experto en esto, se pasa al bhakti yoga o al raja yoga. No, esto no es así. Todos estos aspectos del yoga se deben practicar conjuntamente. También hay que entender cómo practicarlos en el momento adecuado y en la cantidad correcta. Hay que darles la duración, la profundidad, la intensidad y el énfasis adecuados a cada uno.
Si usted es una persona emocional y no sabe cómo utilizar su excedente de emociones, se dedicará más al bhakti yoga. Si usted es predominantemente psíquico, pondrá más énfasis en la meditación. Si usted es racional por temperamento, tendrá que poner énfasis en el jñana yoga. De este modo, el karma yoga se vuelve importante para todos los aspirantes espirituales. No es solo porque el karma sea necesario para ganarse la vida, sino porque el karma es necesario para expresar en el trabajo real la conciencia sin forma, esa conciencia pura.
Me gustaría expresarles que la raíz del poder en el hombre es la conciencia. Si esa conciencia específica se puede desarrollar mediante la práctica y el esfuerzo graduales, le será posible circular, operar y comunicarse con las diferentes esferas de la realidad: física, mental, psíquica y espiritual.
A veces sucede que hay quienes desarrollan una gran personalidad espiritual, hasta el punto de que ven la divinidad en todas partes. Ven la unidad en todas partes. Es una etapa de la vida espiritual en la que toman conciencia de la unicidad de todo. Pueden llamarlo alucinación o una idea subjetiva, pero es conciencia pura. Uno no encuentra ninguna diferencia entre uno mismo y los demás. En ese momento, la distinción entre hombre y hombre se desvanece. Uno no ve la distinción entre religiones, razas, color, sexos, grupos, etc. Este es un gran logro para el hombre y el mayor poder que podemos traer a esta tierra.
1974, Sivanandashram, Munger publicado en Early Teachings of Swami Satyananda Volumen II