La influencia del pensamiento
Mientras que la luz viaja a una velocidad de 186.000 millas por segundo, el pensamiento viaja prácticamente en nada de tiempo. La velocidad del pensamiento es inimaginable. Es más fino que el éter, el vehículo de la electricidad. La mente es como un aparato inalámbrico. Un santo con paz, equilibrio, armonía y vibraciones espirituales envía pensamientos de armonía y paz. Viajan con la velocidad del rayo en todas direcciones, entran en la mente de la gente de todas partes y producen pensamientos similares. Por otra parte, una persona cuya mente está llena de celos, venganza y odio envía pensamientos discordantes, que entran en las mentes de miles de personas y suscitan en ellas pensamientos similares.
Si arrojas una piedra al agua, se produce una sucesión de ondas concéntricas que se desplazan hacia el exterior desde el punto de perturbación. Del mismo modo, cuando un pensamiento, bueno o malo, atraviesa la mente de una persona, da lugar a vibraciones en manas o atmósfera mental, que viajan a lo largo y ancho en todas direcciones.
Los pensamientos, al ser una fuerza, necesitan un tipo especial de materia sutil como medio para su movimiento. ¿Cuál es el medio a través del cual los pensamientos viajan de una mente a otra? La mejor explicación posible es que manas o la sustancia de la mente llena todo el espacio igual que el éter, y sirve de vehículo a los pensamientos, de la misma manera que el prana es el vehículo de los sentimientos, el éter el del calor, la luz y la electricidad, y el aire el vehículo del sonido.
Puedes mover el mundo mediante la fuerza del pensamiento. El pensamiento tiene un gran poder, se puede transmitir de una persona a otra. Los poderosos pensamientos de los grandes sabios y rishis de antaño siguen grabados en el éter (registros akáshicos). Los yoguis que tienen clarividencia pueden percibir y leer estas imágenes del pensamiento. Estás rodeado por un océano de pensamiento. Estás flotando en el océano del pensamiento. Estás absorbiendo ciertos pensamientos y repeliendo otros en ese mundo del pensamiento.
Un pensamiento es tan sólido como un bloque de piedra. Podemos dejar de existir, pero nuestros pensamientos nunca mueren. El pensamiento se enfoca y se le da una dirección determinada. En la medida en que está enfocado, es eficaz en el trabajo que se le dirige. Cuanto más fuerte sea el pensamiento, más pronto fructificará. Todo cambio de pensamiento va acompañado de un cambio subsiguiente en «manás».
El pensamiento es una fuerza sutil. Esta fuerza nos está suministrada por el alimento. Si el alimento es puro, el pensamiento también se vuelve puro. Quien tiene pensamientos puros habla con fuerza y produce una profunda impresión en la mente de los oyentes. Influye en miles de personas a través de sus pensamientos puros. Un pensamiento puro es más afilado que el filo de una espada. Los que albergan pensamientos negativos causan malestar y mala voluntad entre la gente. Sus pensamientos son como mensajes inalámbricos que flotan en el éter y son recibidos por aquellos cuyas mentes responden a tales vibraciones. Los pensamientos se mueven a una velocidad tremenda. Los que albergan pensamientos sublimes ayudan a otras personas cercanas o lejanas.
El poder del pensamiento
El pensamiento tiene un poder tremendo. Es una fuerza dinámica causada por la vibración del prana psíquico en la sustancia mental. Es una fuerza como la gravitación, la cohesión o la repulsión. Viaja o se mueve. Los pensamientos pueden curar enfermedades, pueden transformar la mentalidad de las personas, pueden hacer maravillas. El pensamiento constructivo transforma y construye.
Al fin y al cabo, ¿qué es este mundo? No es más que la materialización del pensamiento de Dios. Igual que en la ciencia hay ondas de calor y electricidad, en el yoga hay ondas de pensamiento. Tienen un poder enorme. En mayor o menor medida, todo el mundo está inconscientemente influido por ellas. Grandes yoguis como Jnana Dev, Bhartrihari y Patanjali enviaban y recibían mensajes mediante la telepatía y la transferencia de pensamientos. La telepatía fue el primer servicio de telégrafo, radio y teléfono que conoció el mundo.
Cada pensamiento que envías es una vibración que nunca perece. Hace vibrar cada partícula del universo. Si tus pensamientos son nobles, santos y enérgicos, hacen vibrar del mismo modo a todas las mentes en sintonía. Las personas que son como tú reciben inconscientemente los pensamientos que has proyectado y, según su capacidad, envían pensamientos similares. El resultado es que, incluso sin que sepas la consecuencia de tu pensamiento, pones en marcha grandes fuerzas que trabajan unidas y destruyen los numerosos pensamientos mezquinos generados por personas egoístas y negativas.
El pensamiento primordial
Las posibilidades de gran alcance del poder del pensamiento fueron determinadas con precisión por los antiguos y aprovechadas al máximo por ellos. El pensamiento es la fuerza primigenia en el origen de toda la creación. La génesis de toda la creación fenoménica reside en un solo pensamiento que surgió en la mente cósmica. El mundo es la idea primigenia hecha manifestación. Este primer pensamiento se manifestó como una vibración surgida de la quietud eterna de la esencia divina. A esto se refiere la terminología clásica como iccha, el deseo del alma cósmica, que se manifestó como spandan o vibración.
El pensamiento controla tu vida, moldea tu carácter y da forma a tu destino. Observa cómo un pensamiento se expande en muchos en poco tiempo. Supongamos que decides celebrar una fiesta del té con tus amigos. El pensamiento del té da lugar instantáneamente a pensamientos sobre azúcar, leche, tazas de té, mesas, sillas, manteles, servilletas, cucharas, pasteles y galletas. La expansión del pensamiento hacia los objetos es esclavitud; su renuncia es liberación. Debes tener mucho cuidado de cortar de raíz los pensamientos. Sólo entonces serás realmente feliz. La mente juega malas pasadas. Debes comprender su naturaleza, sus formas y sus hábitos. Entonces podrás controlarla fácilmente.
Una reflexión cuidadosa mostrará que todo el universo es en realidad la proyección de la mente humana. La purificación y el control de la mente es el objetivo central del yoga. La mente en sí misma no es más que un registro de impresiones que se manifiestan incesantemente como impulsos y pensamientos. La mente es lo que piensa. El pensamiento te impulsa a la acción; la actividad crea nuevas impresiones en la sustancia mental. El yoga ataca la raíz misma de este círculo vicioso mediante un método que inhibe eficazmente las funciones de la mente, el proceso del pensamiento. Cuando se trasciende el pensamiento, funciona la intuición y surge el autoconocimiento.
La mente es la raíz del árbol de la existencia mundana. Si aniquilas los pensamientos en cuanto surgen en la mente, las raíces se secarán, haciendo que el árbol de la existencia mundana se marchite y muera. Esto requiere mucha perseverancia y paciencia. Te bañarás en el océano de la dicha cuando todos los pensamientos sean destruidos por completo. Este estado es indescriptible. Tienes que sentirlo por ti mismo.
Publicado en la Revista Yoga, abril 2007. Todo el material © Bihar School of Yoga
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