Sé un yogui
Toda la riqueza del hombre no puede igualarse a diez minutos de dhyana yoga. Todos los dolores del hombre, y hay cientos y miles, pueden superarse con diez minutos de meditación. El mejor momento para practicar dhyana es por la mañana temprano, entre las 4 y las 6.
El segundo mejor momento es por la noche, después de las 9. El tercero mejor es hacia medianoche, de 11 a 1. Temprano por la mañana es sáttvico, por la tarde es rajásico y a medianoche es tamásico. Las sadhanas tántricas se practican a altas horas de la noche. Las sadhanas sáttwicas se practican por la mañana temprano. Por tanto, ajusten su sadhana en consecuencia.
Los rishis de la India se dieron cuenta de la relación entre la mente y la vida. La vida influye la mente y la mente influye la vida. Si pueden controlar cualquiera de las dos, son un mahatma o un santo. Por supuesto, no pueden controlar la vida, simplemente es imposible. Sin embargo, con la ayuda del dhyana yoga, pueden controlar la mente. Si son capaces de manejar la mente, son un yogui. La cultura no es el resultado de una revolución industrial o materialista, sino de una revolución espiritual. Independientemente del país en que vivan o de la lengua que hablen, el yoga formaba parte de su antigua cultura. Esta gran ciencia era conocida y practicada por tus antepasados hace miles de años. Pero durante muchos siglos el mundo entero ha descuidado este aspecto de la vida.
Hoy, sin embargo, la humanidad está volviendo a tomar conciencia de su herencia espiritual. En 1968, cuando comencé esta misión, muy poca gente sabía algo sobre el yoga. Pero hoy estamos experimentando un gran resurgimiento. A donde quiera que vaya, la gente me dice: ‘Enséñeme una forma de trascender las barreras del tiempo, el espacio y el objeto’. En el Kaivalya Upanishad hay un mantra que ilustra muy bien el proceso de la meditación: Cuando bates mantequilla, utilizas un palo, y ese palo es el mantra Om. Así como una lechera está batiendo ese palo, derecha, izquierda, derecha, izquierda, de igual modo Om, Om, Om. Del mismo modo, un pandit, un hombre de sabiduría, debe hacer lo mismo y practicar dhyana. De este modo se transformarán todos sus dolores, sus dukha, sus culpas.
Conferencia dictada el 25 July 1979 en Bihar School of Yoga, Singapore,
Publicada en YOGA, Feb 2023