Una combinación de raciocinios
Si a veces su profesor no es capaz de satisfacerle, no debe preocuparse por ello. Tal vez el maestro no es eficiente, o tal vez usted tiene un ego enorme. Puede ser una cosa o ambas, porque muchas veces quien tiene un gran ego considera a la otra persona como un idiota. Así que tiene que llegar a un punto de compromiso consigo mismo y con su aceptación. Dando por hecho que su profesor es ineficiente y que usted tiene un ego enorme, ¿qué debe hacer? Es mejor y más seguro pensar: «Yo soy egoísta y él no es ineficiente».
Este es el enfoque de la humildad racional. Cualquiera que pretenda ser racional debe también saber ser humilde. Mediante un proceso racional puede crear humildad en sí mismo. La humildad no es inferioridad. Lo repito, la humildad no es inferioridad, especialmente la humildad racional; es una cualidad noble. Un hombre que puede pensar y analizar, si tiene la capacidad de aceptar y puede ser consciente de sus limitaciones racionales, podrá aceptar que tiene limitaciones racionales. Si puede aceptar, si puede creer que también tiene limitaciones racionales, puede volverse humilde. «Puedo pensar muy bien, sé muchas cosas», ese es un camino llamado convicción racional. «Pero no lo sé todo, hay muchas cosas que desconozco», eso se llama humildad racional. La convicción racional y la humildad racional deben mezclarse, entonces se volverán más suaves y flexibles.
Satsang en el Hotel Nepheli, Tesalónica, 16 de mayo de 1984 y publicado en Historia del Yoga Satyananda en Grecia, Volumen Uno